Es interesante el descubrir
que algunas películas están en lo cierto respecto a lo que ves, cuando tu vida
está en grave peligro. Si, bueno. Hay que aceptar que no siempre aparecerán
aquellas imágenes en donde se relata toda tu vida como una tonta película en
cámara rápida.
No.
En la vida real, solo ves
aquellas partes importantes que normalmente formaron una parte importante en tu
vida y te niegas a olvidarlo.
A mí, por ejemplo, serian
recuerdos como: La fiesta en donde me regalaron a mi primera mascota. El primer
día de clase. El primer amigo. Lo feliz que me sentí cuando por fin aprendí a
nadar (hace unos cuantos meses) El primer beso…¡argh dios!. Eso es algo que si
quiero olvidar.
En fin. Toda una vida…. (Bueno
si a tus diecisiete años se le podría decir “toda una vida”) en donde al
principio uno se pregunta ¿Quiénes somos? ¿Por qué no soy bueno en nada? ¿Por
qué estamos aquí? O…. ¿Por qué diablos ningún chico me hace caso? Blah. Blah.
Blah y más Blah. Por suerte yo no soy ese tipo de persona. Ok, lo admito, me
identifico con la última pregunta.
¿En que estaba? Ah sí, ya me
acorde. Cuando estas es una situación grave, es normal ver pedazos de tu vida o
en mi caso, el comenzar hacerse preguntas.
Pero ahora, mirando a mi
alrededor, viendo como los demás están luchando y yo…. Aquí acorralada por tres
tipos realmente horribles. Sonriendo con sus chuecos y podridos dientes. Apuntándome
la garganta con sus muy filosas espadas. Me he llegado a preguntar en ese
preciso instante. ¡¿Cómo diablos fue que llegue hasta esta situación?! Y también a pensar…. ¡No. Puede. Ser! ¡Me van
a hacer quedar como un maldito queso suizo!
Pero bueno. No nos
adelantemos a los hechos, y mejor vayamos hasta el principio. Unos dos meses
para ser más exactos. Donde yo aún era una típica adolescente aburrida,
preocupándose por cosas sin sentido